Bien, hablemos de mis caprichos. Sí, has leído bien, mayordomo sexual ¿nunca lo habías pensado? estoy absolutamente segura, que te han venido estos pensamientos a la mente…
- Ufff ahora tengo que levantarme y limpiarme, con lo bien que estoy aquí.
- Me apetecería beber algo, estoy sedienta…
- ¡¿Por qué no habré cogido el condón antes?!
- Ups he olvidado encender la vela, no voy a parar para eso
- ¿las toallas secas dónde estarán?
- Se ha cortado la música y no llego al movil, jo
- Han llamado a la puerta más invitados y mis manos están ahora ocupadas
- ¿dónde me ha quitado la ropa? he perdido la camiseta
- Mi vibrador está sin batería, quiero el otro ya…
- Mmm me encantaría que ahora estuviera la bañera llena de agua calentita
- Se me ha caído la copa de champán al suelo, ¿a recoger cristales ahora?
- Ufff como hemos dejado las sábanas, sería ideal cambiarlas…
- Quiero dormir un poco pero no tengo puesto el despertador
- …
Y mil cosas más que te cortan los momentos más placenteros, excitantes o relajados… de la vida sexual ¿Verdad? Un mayordomo así nace de mi mente perezosa, exhibicionista y dominante.
Siempre viene bien un mayordomo sexual:
antes, mientras tanto y sobre todo, después.
Tal vez te estés imaginando una persona en la misma estancia que tú, mirando como gimes, con una erección por la escena y deseando poder participar… puede ser así, ¿por qué no? o podría ser tan sólo una persona que estuviera fuera, pendiente de las necesidades de los cuerpos a los que sirve, esperando oír una campanilla que lo invite a entrar ¡o algo muchísimo mejor! que tuviera un localizador. Cada vez que voy a un restaurante y me dan un aparatito con botones para avisar al camarero, me lo quiero llevar, pienso en lo bien que me vendría en las fiestas con mayordomos…
Que te lave después sin moverte de la cama, que te acerque papel si lo necesitas, que te llene la copa, que te ponga el preservativo, que te lo quite, que te encienda la ducha, que te haga la cama, que, que,que…. ufff es que se me cierran los ojos al escribirlo…
Piénsalo. Guantes blancos de algodón, por supuesto, uniforme, que no disfraz, por supuesto, y mirada picada, por supuesto. Una persona con una educación exquisita, con orgullo por su manera de servirte, con conocimientos integrados de atención, restauración y hostelería.
Un mayordomo sexual, para una suite Summum, para una fiesta Summum, para una relación Summum. Aunque ahora que lo pienso, podría ser también: un ama de llaves sexual, no?
Ten en cuenta que esto no es para todo el mundo, ni serlo ni tenerlo. Conlleva una gran responsabilidad, un enorme sentido de la discreción, y saber hacer las cosas de manera elegante, sutil y eficaz. Asistir como mayordomo sexual a nuestras fiestas es un privilegio. Formar parte del equipo Summum, estar en la preparación del evento y poder prestar servicio a los invitados, al placer y a la seducción que se genera te hace vibrar desde tu palco VIP de observador, pocos dan la talla.
Si te apetece entrar en la selección de mayordomos para futuras fiestas, escríbeme un mail a summumclava@gmail.com. Me cuentas y te cuento.